Ni el tiempo desapacible de aquel fin de semana en Santiago de Compostela, ni el miedo que trataron de infundirnos aquellos que en Andoain nos invitaron a “dejarlos en paz”, impidieron que hiciéramos lo que nos habíamos propuesto hacer; presentar a nuestros candidatos a las elecciones autonómicas vascas y gallegas.
Candidatos a ser parlamentarios, y no a lehendakari y presidente de la Xunta, pues pretendemos ser realistas, sabemos que no vamos a ganar las elecciones, pero sí que vamos a entrar en ambas cámaras y que condicionaremos una política que está ahora más dirigida a mantener el “chiringuito nacionalista”, que a mejorar los servicios y derechos de los ciudadanos.
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