jueves, 12 de septiembre de 2013

Un día cualquiera mientras España hace "aguas"

Ayer fue miércoles 11 de septiembre, una fecha muy significada internacionalmente por el terrible suceso ocurrido en New York hace 12 años del derribo de las torres gemelas, pero, en principio, un día cualquiera en España. 

El 11 de septiembre en España fue un día laborable en el que los colegios ya han abierto y la mayoría de los ciudadanos que tienen la suerte de tener empleo lo han retomado tras las vacaciones. Los parados continúan con su rutina de búsqueda, en caso de que no hayan tirado la toalla. Y yo tuve Pleno en el Ayuntamiento de Getafe. 

La actualidad política de este día ofreció un panorama muy ajustado de lo que es hoy nuestro país. Una autentica foto. 

Nacionalismo. 

Festivo en Cataluña, se escenifico una cadena política para separar y dividir a la sociedad. Lo peor es que conto con el apoyo del gobierno autonómico y de los partidos mayoritarios. En este ambiente, el Ejecutivo nacional negocia con el nacionalismo segregacionista, aunque se cuida mucho de hacerlo a la luz del día, sin luz ni taquigrafos. 

Corrupción. 

La juez Alaya ha señalado como imputados a dos ex-presidentes andaluces del PSOE: Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Aunque el segundo dimitió en previsión de que esto llegara a ocurrir, sigue siendo el presidente de su partido y va camino de convertirse en senador. Chaves es diputado. No consta que vayan a renunciar a sus cargos. En cambio, socialistas y medios afines atacan a la juez que investiga el caso de los ERE.

Más corrupción. 

El PP también tiró las agendas de Bárcenas y Lapuerta, los extesoreros imputados. Esto se une a la destrucción del registro de entradas en la sede de Génova y de los discos duros del ordenador de Luis Bárcenas. Se podrá acusar de muchas cosas al PP, pero no de padecer el síndrome de Diógenes.

Transparencia

UPyD preguntó hace meses al ministro de Exteriores sobre sus supuestas reuniones con la aristócrata alemana Corinna zu Sayn-Witgenstein. García-Margallo orilla las preguntas pero no puede evitar reconocer, de forma implícita, que las reuniones existieron, aunque no fueran oficiales. No explica su contenido.

Sistema financiero. 

Un informe de la Intervención del Estado compromete (aun más) al exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en el colapso de Bankia. El informe destaca que su gestión negligente permitió el deterioro de la entidad y propició su caída y posterior rescate por más de 25.000 millones de euros salidos de los bolsillos de los ciudadanos.

Democracia. 

Ayer fue el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Rosa Díez recordó al PP que el año pasado el Congreso instó al Gobierno, por unanimidad y a iniciativa de UPyD, a elaborar un plan sobre la materia, y que hasta la fecha nada se ha hecho. Lo mismo ha ocurrido con decenas de otras iniciativas, algunas impulsadas incluso por el PP. El Ejecutivo ignora sistemáticamente a la sede de la soberanía nacional.

Terrorismo. 

El ministro de Interior advierte a Sortu sobre su posible ilegalización. Igual que ha hecho otra media docena de veces. Después nunca ocurre nada. Hablamos del mismo ministro que cambió sin reconocerlo la política penitenciaria, que promovió la ex-carcelación del asesino Bolinaga y que se desentendió de la larga estancia que los jefes etarras pasaron en Oslo.

Desafíos a la legalidad y a la igualdad, corrupción de los partidos viejos, opacidad, falta de independencia entre poderes y de los órganos reguladores, hipocresía. Así es un día cualquiera en la España del bipartidismo. 

Ayer 11 de septiembre, amaneció lloviendo en buena parte del país. Se han producido los clásicos atascos en las ciudades y se ha aplazado el pleno del Congreso porque, tras gastar 4 millones en una reforma, ha aparecido una inmensa gotera.  

España hace aguas. 





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