sábado, 14 de julio de 2012

Reducción de cargos públicos y concejales. El único beneficiado con esta medida es el bipartidismo

A la espera de ver cómo se define la reducción de concejales propuesta por el Gobierno, podríamos ir haciendo unas pequeñas reflexiones al respecto:

1 - El único beneficiado con esta medida es el bipartidismo.

Sin duda alguna Rajoy se ha aprovechado de la popularidad de la petición de reducir el número de cargos públicos (políticos) para colocar una "reforma" que perjudicará seriamente, de aprobarse, la representatividad de los consistorios y por tanto el pluralismo político. El único beneficiado con esta medida es el bipartidismo y, en general, los partidos hegemónicos en cada localidad, porque para obtener un concejal, con una disminución del 30%, subirá proporcionalmente el umbral electoral, es decir, harán falta muchos más votos para obtener un concejal, y un porcentaje superior de los votantes se quedará sin representación.

Respecto a UPyD, afectaría de distinta manera según el municipio. Como dice Carlos Martínez Gorriaran, diputado nacional y responsable de Programa y Acción Politica de UPyD no es eso lo que nos preocupa, sino el empeoramiento de la calidad del sistema que esta medida conlleva, porque la consecuencia es que será mucho más difícil obtener representación municipal y mucho más fácil que los partidos grandes acaparen desproporcionadamente, respecto a sus votos reales, el poder municipal. Una cacicada de libro que empeorará la ya mala calidad de la democracia española.

2 - Es completamente falso que la medida redunde en más eficacia y ahorro.

a) - La eficacia no depende del nº de concejales, sino del tamaño del municipio, de sus ingresos y gastos, y de la calidad de la gestión. Como habrá menos pluralismo habrá menos control de esa gestión y menos transparencia, con lo que ocurrirá lo contrario: los ayuntamientos serán menos eficientes. Como demostración: hasta que UPyD entró en el ayuntamiento de Madrid nadie conocía los desorbitados privilegios de los grupos municipales en forma de coches, escoltas, retribuciones y asesores a dedo; si UPyD no hubiera entrado por una restricción como la anunciada, ¿sería más eficiente el ayuntamiento de Madrid con todos sus derroches ocultos? Es obvio que sería menos eficiente y seguiría el estilo Gallardón de despilfarro y compra de voluntades.

b) - Ahorro: otra mentira. En la inmensa mayoría de los 8.100 ayuntamientos españoles los concejales sólo cobran dietas, incluso nada en los pequeños (a veces tampoco los alcaldes). En los grandes y medianos, los concejales sin dedicación exclusiva tampoco cobran demasiado -con alguna excepción que debe regularse localmente-, por lo que el ahorro será marginal. En cambio, el propio Gobierno admite que las diputaciones provinciales que quieren potencias consumen al menos 6.000 millones (y será más). Está claro qué se debe suprimir para ahorrar: las diputaciones. Y proceder a fusionar municipios.

3 - El Partido Popular quiere reforzar el bipartidismo

Obviamente, el Gobierno quiere reforzar el bipartidismo y no tocar la estructura inmensa de un Estado que debería pasar de 8.100 ayuntamientos a 500-1000 (en torno a los 20.000 hbs como mínimo de criterio general). La razón es sencilla: ellos viven de ese Estado carísimo e ineficaz que permite repartir poder en el seno del partido.

4 - Se quieren mantener las diputaciones a sabiendas que son anacrónicas.

Las diputaciones son anacrónicas, porque sus funciones corresponden a las CCAA o a los ayuntamientos; sólo se justifican por el minifundismo municipal. Y además carecen de legitimación democrática suficiente: los ciudadanos no elegimos a los diputados provinciales (salvo en las tres diputaciones forales vascas). Otra profundización de la cacicada: recortar el nº de representantes electos y sustituirlos por burócratas nombrados por los partidos mayoritarios.

5 - Lo que se debe reducir es el numero de ayuntamientos y no el numero de concejales por representatividad.

En el caso de los concejales, lo que se debe reducir es el nº de ayuntamientos para ganar eficacia y ahorro sin perder representatividad y pluralismo político. Si en en vez de 8.100 tuviéramos 1000 ayuntamientos en toda España, los aproximadamente 80- 100.000 concejales que debe haber podrían reducirse a 15.000-20.000; una reducción real del 80% sin merma de la calidad democrática de las instituciones. Y por supuesto, suprimiendo las diputaciones provinciales (forales vascas inclusive). Respecto a los parlamentos autonómicos, en Madrid hemos propuesto su reducción porque era a todos luces excesivo para la población de la comunidad. Propondremos lo mismo en otros parlamentos, pero lo que debe haber es una redistribución de competencias Estado-CCAA-Ayuntamientos que sirva para establecer por ley un tamaño adecuado de sus cuerpos de representantes, y una ley de retribuciones que impida barbaridades como que muchos alcaldes de poblaciones de 100.000 hbs cobren más que el Presidente del Gobierno. Esta misma semana acabamos de conseguirlo en Alcalá de Henares, por cierto.

En resumidas cuentas, la reducción de concejales que busca el Gobierno es una reducción del pluralismo democrático para blindar a un bipartidismo en horas bajas. Políticamente intolerable y completamente inútil para luchar contra la crisis.

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